miércoles, 17 de febrero de 2010

Efectos de la Ingenieria en la Sociedad del Conocimiento

Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, la sensación de mutación y cambio tecnológico se ha hecho más palpable y con ello la importancia de la ingeniería en las decisiones de la sociedad. Las nuevas tecnologías están en la base de una economía global o “economía informacional”, caracterizada porque la productividad y la competitividad se basan de forma creciente en la generación de nuevos conocimientos y en el acceso a la información adecuada, bajo nuevas formas organizativas que atienden una demanda mundial cambiante y unos valores culturales versátiles.
En contraposición a la pluralidad de las sociedades del pasado, para algunos autores hoy se asiste a un único sistema de sociedad propiciado por la tecnociencia. La tecnociencia es un concepto que no hace grandes distinciones entre la ciencia y la tecnología, pues su espacio de contextualización está definido por la Investigación y el Desarrollo I+D de las empresas y agencias tecnocientíficas; a diferencia de la ciencia y la tecnología, que eran promovidas ante todo por comunidades de científicos e ingenieros. Las nuevas tecnologías de información y comunicación conforman un sistema tecnocientífico, entre otros, el cual está posibilitando el nuevo paradigma tecnoeconómico y con ello la emergencia y el desarrollo de una nueva modalidad de sociedad, la sociedad del conocimiento.
Este nuevo sistema tecnocientífico que implica un nuevo paradigma tecnoeconómico, se caracteriza por una nueva forma de sobrenaturaleza que depende en gran medida de una serie de innovaciones tecnológicas. Según el filósofo español Javier Echeverría (1999), se trata de una sociedad de tercer entorno, posibilitada por una serie de tecnologías, entre las cuales mencionaremos siete: el teléfono, la radio, la televisión, el dinero electrónico, las redes telemáticas, los multimedia y el hipertexto. La construcción y el funcionamiento de cada uno de esos artefactos presuponen numerosos conocimientos científicos y tecnológicos (electricidad, electrónica, informática, transistorización, digitalización, óptica, compresión, criptología, etc.), motivo por el cual conviene subrayar que la construcción de este tipo de sociedad, sólo ha comenzado a ser posible para los seres humanos tras numerosos avances científicos y técnicos. Esta sociedad es uno de los resultados de los sistemas tecnocientífcos y por ello ha emergido con más fuerza en aquellos países que han logrado un mayor avance tecnocientífico.
Estamos ante una transformación de mayor entidad basada en un nuevo espacio de interacción entre los seres humanos, en el que surgen nuevas formas sociales y se modifican muchas de las formas anteriores. Se está modificando profundamente la vida social, tanto en los ámbitos públicos como en los privados, el sistema tecnocientífico incide sobre la producción, el trabajo, el comercio, el dinero, la escritura, la identidad personal, la noción de territorio, memoria y también sobre la política, la ciencia, la información y las comunicaciones y la educación; los trabajos de Manuel Castells, entre otros, apuntan a aclarar este tipo de implicaciones.
Es esta sociedad, llámese E3, sociedad mundial, "aldea global", "tercera ola", "ciberespacio", "sociedad de la información", "frontera electrónica", "realidad virtual", etc. en donde la ingeniería y los ingenieros han tenido un papel como en ninguna otra sociedad del pasado. Han sido en gran parte los constructores del nuevo sistema tecnológico, en una multiplicidad de espacios de acción que van desde los niveles micro, nano, genético, molecular, atómico e incluso subatómico; pero también social, cultural, económico, etc. Nadie ha vivido más profundamente en este mundo de artefactos vivientes que los ingenieros y es precisamente este mundo el que todos los demás estamos viviendo, pero este mundo no es igual para todos. Y es aquí donde quisiéramos introducir un comentario final.

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